Porque sólo tengo un mal barco me llaman pirata; y porque tú tienes una gran flota te llaman conquistador.
En las aguas somalíes del Índico ya no es seguro navegar para los barcos mercantes de las grandes potencias internacionales. La piratería ha impuesto su ley en un país pobre de solemnidad y sin Estado organizado como Somalia. Está claro que los países occidentales deben poner todo de su parte para proteger a sus conciudadanos, pero también lo está que las reglas del comercio internacional siempre favorecen el expolio de los que menos tienen. Claro que nadie osaría acusar de piratería a toda una Organización Mundial del Comercio.
Por lo visto, España cuenta desde hace poco más de 1 año con un Partido Pirata. Supongo que, en el tema de las descargas de internet, la nueva ministra de Cultura, González-Sinde, no estará entre sus personajes más admirados. Aquí también parece evidente que los derechos de los autores deben estar protegidos. Otra cosa es que en su defensa, las discográficas abusen y caigan en otra forma de piratería con los ciudadanos. Claro que, al igual que ocurre con la Organización Mundial de Comercio, como estas empresas estarían avaladas por la SGAE y por una ministra del mismísimo Gobierno de España ya no les podríamos llamar piratas. En este caso, serían conquistadores.
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