Los Borbones, algunas tribus de África y los Austrias, entre otros, han compartido históricamente una misma característica, la endogamia. Carlos II, sin culpa ni pena, se convirtió en el epílogo de una Casa Real, la de los Austrias, que se fue extinguiendo poco a poco, a base de matrimonios entre primos hermanos, a base de pobreza genética.
Después de la Guerra de Sucesión, llegaron los Borbones con esa misma costumbre. Muchos han tenido la esperanza de una nueva República, que quizás no volvería por una Revolución sino por el agotamiento del ADN de nuestros reyes.
El casamiento del futuro Felipe VI con una "plebeya" como Letizia ha podido acabar con esa ilusión republicana. Sin embargo, el genealogista Javier Cordero ha devuelto las esperanzas. Por lo visto, Letizia desciende de Fernando II, rey de León.
En todo caso lo lógico sería que la suerte de la Jefatura de un Estado dependiera de los méritos y capacidades de una persona elegida por el pueblo, y no de la descendencia azarosa de un señor que ni la sangre tiene de color rojo.
Así habló Juan Carlos con el suplantómetro de Buenafuente....
El mejor es Marichalar que será un yonki y todo lo que tu quieras, pero tiene el el ADN puro como la nieve que se ventila por la tocha.
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