miércoles, 9 de marzo de 2011

LA JOYA MALTRATADA

-Que no.
-Sí, madre, que sí. Que yo los vi.
Cuatro elefantes a la sombra de una palma; los elefantes, gigantes.
-¿Y la palma?
-Pequeñita.
-¿Y qué más?¿Un quiosco de malaquita?
-Y una ermita.
-Una patraña, tu ermita y tus elefantes.
Ya sería una cabaña con ovejas transhumantes.
-No. Más bien una mezquita, tan chiquita. La palma me llevó el alma.
-Fue sólo un sueño, hijo mío.
-Que no, que estaban allí, yo los vi, los elefantes ya no están y estaban antes.


Hay en tierras de Soria una ermita muy chiquita. Su nombre, San Baudelio de Berlanga. De estilo mozárabe, está a punto de cumplir 1000 años de historia. Junto a una gruta y un manantial, en un paraje evocador del que, según la tradición, sirviera de enterramiento al mártir San Baudelio, natural de Nimes, allá por el siglo IV.

La sencillez de su exterior da paso a una auténtica explosión de arte en su interior, que nos recibe con su colosal palmera, con sus arcos de herradura, con los restos de las pinturas que, hasta hace bien poco, decoraban todo su interior. Y es que esta pequeña Capilla Sixtina del mozárabe sufrió los devastadores efectos de la codicia del hombre. Un hombre que, sin ningún escrúpulo, decidió vender varias de sus impresionantes pinturas. Una vez arrancadas, muchas se perdieron entre museos, como El Prado, y marchantes de arte.

Hoy podemos visitar algunas de las primitivas pinturas. Merece mucho la pena. Y es que, aunque solo se conserven los restos de los cuatro elefantes del poema de Gerardo Diego, esta visita, lejos de ser un sueño, se convierte en una hermosa realidad.


¡¡¡Besos y abrazos!!!

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