UNA NOCHE TOLEDANA

¡¡Menuda noche toledana!! exclamaban los seguidores del Valladolid el sábado pasado después de que una carambola de resultados futbolísticos le llevaran casi a segunda división.

Pues bien, el origen de esta conocida expresión se encuentra en una ancestral leyenda fechada en Toledo en torno al año 812. Por entonces, gobernaba la ciudad un hombre despiadado, llamado Jusuf, aficionado a raptar doncellas y dar muerte a todo aquél que se opusiera a sus métodos. Los toledanos, hartos de la situación, se levantaron en armas y los nobles, advirtiendo del peligro que corrían si apoyaban a Jusuf, le dieron muerte.

El Califa, informó a su fiel servidor, Amru, padre de Jusuf, de los excesos y triste final de su hijo. Amru, pidió ser nombrado gobernador de Toledo, pues quería enmendar los errores de su hijo y recobrar el honor perdido por la familia. Inicialmente, los toledanos, recibieron al nuevo gobernador con recelo, pero pronto disiparon todas sus inquietudes. Amru, a diferencia de su hijo, era justo y respetuoso con la nobleza. Pronto se ganó enteramente su confianza.

Un día, aprovechando la llegada del hijo del Califa a la ciudad, Amru organizó en su Palacio un gran banquete al que invitó a las grandes personalidades de la ciudad. Esa noche, se destaparon las verdaderas intenciones de Amru. Su guardia personal segó la vida de todos los invitados al banquete, decapitándoles a su llegada a Palacio. Cuando Amru, vió caer la última cabeza exclamó: "¡Hijo mío, ya puedes descansar en paz, pues ya estás vengado!"

A partir de entonces, la expresión "una noche toledana" se ha utilizado para definir una noche terrible, desapacible, que infunde terror...precisamente como la vivida en el estadio José Zorrilla el pasado sábado. Confiemos en que Amru, padre de Jusuf, no vuelva a presentarse en el Manuel Ruiz de Lopera el próximo domingo y, en cambio, compre una entrada para ver al Sporting, al Getafe o al Osasuna.