Ayer vivimos un miércoles de contrastes. La calma y la ternura del discurso de Ana María Matute en la recepción del premio Cervantes contrastaba con el odio y la tensión del discurso del entrenador del Real Madrid, unas horas después.
De la primera, nació uno de los libros que más recuerdo de mi niñez, el Polizón del Ulises, la historia de un niño abandonado, criado por 3 solteronas que encuentra refugio en su desván convertido en barquito, el Ulises, donde tendrá que cuidar de su amigo el polizón, un marinero fugitivo. Sin embargo, casi todos estuvieron mucho más pendientes de los improperios que tenía que decir el segundo, el señor Mourinho, mucho menos calmado, mucho menos tierno, un verdadero polizón en ese gran barco llamado Bernabéu.
Y para recuperarnos de tantas emociones hoy os dejo una canción de Groove Coverage llamada Angeline. Espero que os guste.
¡¡¡Besos y abrazos!!!




Hoy Rucio os cuenta una historia terrible, una historia de espanto ocurrida en un pueblo cualquiera de nuestra geografía. La historia de los habitantes fantasma. Doña Fulgencia hasta ayer era uno de sus 4 habitantes. "En el pueblo vivíamos muy tranquilos, formábamos el número perfecto para jugar al mus" "De repente, una mañana, nos enteramos que nuestro pueblo había pasado de los 100.000 habitantes". "No nos atrevíamos a salir de casa por miedo a ser arrollados". "Sin embargo, no se escuchaba ni una mosca...¡¡qué silenciosos eran nuestros 99996 nuevos vecinos empadronados!! pero no, no eran silenciosos, simplemente, eran invisibles".
En un lugar de Ferraz, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo vivía un hidalgo apellidado Zapatero. Sus primeros años de mandato fueron felices. Leyes sociales y buen talante. Con la Iglesia hemos topado, Sancho. Y es que las calles se llenaron de sotanas protestando contra todo aquello que supusiera un avance para la sociedad. Eso sí, de vez en cuando, como con aquella alianza de civilizaciones, nuestro ingenioso Zapatero creía ver gigantes donde no había más que molinos de viento.