El viernes pasado el Gobierno aprobó tramitar una reforma de las pensiones que nos pone más difícil la jubilación. Se alejan esos soñados viajes a Benidorm o esos viajes mañaneros. Total, casi debemos agradecérselo a nuestros gobernantes porque como nos hagan un corralito como a los chipriotas, la Merkel no nos deja ni para llegar a Ocaña y, al fin y al cabo, como cada vez quedan menos obras en las calles, lo de pasear sería de un aburrido.
Ahora entiendo por qué nadie quiere marcharse o dimitir. No lo hacen por aferrarse al cargo, sino porque con esto de prolongar la edad de jubilación, nuestros políticos quieren darnos ejemplo y retrasar indefinidamente la suya. Incomprendidos.
¡¡¡Besos y abrazos!!!
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