
Cambiemos la estación de bomberos por el Consejo de Ministros. En él se sienta una persona llamada José Ignacio Wert que parece cumplir los síntomas anteriormente expuestos. Acostumbrado como está a provocar incendios cada vez que habla. El último, con sus ataques al modelo de inmersión lingüística catalán. En un momento en el que desde Cataluña se agita el populsimo victimista, y todas las culpas del mal parecen venir de "España", este ministro no duda en echar más leña al fuego del desencuentro...
Don Quijote de la Mancha y su fiel escudero Sancho (a lomos del valeroso Rucio) viajan a Barcelona. De camino, se topan con un grupo de bandoleros catalanes, encabezados por un tal Roque Guinart. Generosidad y valentía son los atributos que percibe el ingenioso hidalgo en los catalanes. Características que también observan ellos en sus visitantes castellanos...
Para don Miguel de Cervantes, catalanes y castellanos no eran gentes extrañas y hostiles. ¿Por qué lo deberían ser hoy, 600 años después? Por eso, este ministro acostumbrado a generar problemas y resolver ninguno tendría que dimitir o ser cesado. No queremos más incendios, porque queman la tierra, porque destruyen los puentes y porque provocan humo. Un humo que nos distrae y nos ciega de lo realmente importante (léase el ataque a la educación pública que encierra esta reforma). Ojalá existieran más Quijotes y más Roques en nuestros días. Desgraciadamente ninguno de ellos se sienta en nuestros consejos de ministros.
¡¡¡Besos y abrazos!!!
Lo de este hombre es un círculo vicioso. Provoca un incendio, y luego, para apagarlo, se mete en un charco, y así sucesivamente..
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