Llevamos unas cuantas semanas escuchando casos de corrupción en nuestro país. Que si Alberto Fabra, que si Camps, que si José Blanco,... Aquí la corrupción ya casi se considera un asunto cotidiano. Incluso ser corrupto parece dar votos. El problema es muy serio. Asisto escandalizado a una noticia en la que un señor juez hace apología de ser corrupto. La historia comienza durante la Cabalgata de Reyes de 2010. Esa noche el Mago Baltasar le propina un certero caramelazo en el ojo a una mujer que asistía a la ceremonia. La agredida presentó la correspondiente denuncia por lesiones contra el Rey Mago. Pues bien, el magistrado acaba de desestimar la denuncia. Y ni corto ni perezoso este juez ha reconocido públicamente a los cuatro vientos que el rey Baltasar, en concurso de Melchor y Gaspar, "le han venido ofreciendo anhelados presentes cada día 6 de enero" desde que tiene uso de razón. ¡¡¡Un delito de cohecho como la copa de un pino!!!
¿Qué va a ser lo próximo? ¿Francisco Camps ministro de Justicia?
No hay comentarios:
Publicar un comentario