
Y si alguien sigue disgustado por la llegada del de blanco, aquí tenéis un gran consuelo...la llegada de una de las grandes obras maestras de Caravaggio, El Descendimiento. Y es que el Vaticano va a prestar al Museo del Prado esta obra coincidiendo con la visita del Papa. No os lo perdáis, Caravaggio consigue como nadie atrapar la atención del espectador y hacerle partícipe de una oleada de emociones contrapuestas. Serenidad y angustia, dolor y consuelo. En definitiva, temática religiosa pero, sobrre todo, humana.
Eso sí, me asalta una duda. Teniendo en cuenta el tipo de vida de Caravaggio, camorrista de profesión y, lo que es más grave, homosexual...¿querrán mandarnos algún mensaje subliminal con este préstamo?
¡¡¡Besos y abrazos!!!
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