lunes, 13 de diciembre de 2010

RUY GONZÁLEZ DE CLAVIJO, EL MARCO POLO DE CASTILLA


Una de las mayores sorpresas que me llevé al llegar a Samarcanda fue comprobar cómo una de sus principales avenidas llevaba el nombre de Ruy González de Clavijo. ¿Una calle dedicada a un hombre castellano en un país tan lejano? Pues bien, la historia se remonta a hace más de 600 años nada más y nada menos. El rey de Castilla, Enrique III, quería establecer una alianza con el gran Khan Tamerlán contra los turcos. Para ello envió un embajador a la ciudad de Samarcanda. Después de una travesía de 3 años llena de incidentes, nada que ver con la facilidad de los viajes actuales en avión, Clavijo llegó a la corte del Khan, allí residió varios meses y escribió su experiencia en su libro “Embajada a Tamorlán”, una de las joyas de la literatura medieval universal junto con el libro de las maravillas de Marco Polo.

Uzbekos y tayikos de hoy en día guardan admiración y recuerdo a esta historia común, a nuestra lengua y a nuestra cultura. Es incomprensible, en cambio, que en nuestro propio país su historia apenas haya dejado huella. La historia de un hombre que nos permitió conocer hace muchos, muchos años, la naturaleza, las costumbres, las creencias, los pueblos y las lenguas de un hermoso y lejano país de Oriente. La historia de un hombre que nos permitió, en definitiva, conocernos mejor a nosotros mismos.

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