
Pues bien, hoy os voy a hablar de unos niños muy especiales. Se llaman políticos del PP. Ellos creían en la leyenda de una persona que convertía en realidad todas sus ilusiones. Se llamaba Don Vito. Ricardito escribió su carta. Quería un cochecito deportivo. Paquito escribió la suya, quería una reunión con Obama. Otros escribieron la suya, querían una fiesta con chicas guapas. Y llegó Don Vito, y lo hizo todo realidad (bueno, Paquito se tuvo que conformar con Bill Richardson...vamos, como si te pides un iphone y te traen un alcatel). Sólo había una cosa, de igual manera que Papá Noel tenía su trineo o los Magos sus camellos, Don Vito quería tener sus contratillos a dedo.
Una hermosa historia, la de unos adultos que, de repente, se sienten de nuevo en su tierna infancia. Lástima que siempre llega el fatídico día en que un juez le dice a Paquito o a Ricardito que, en realidad, Don Vito son los padres.
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