
Bueno, pues cuando parecía que nuestras cabezas pensantes no podían dar más de sí, Rouco Varela nos propone la solución más sencilla. Rouco defiende una solución más barata, a coste 0. Rezar el Rosario todos los días. Ya está. Si todos lo hiciéramos, se iba a acabar de un plumazo con tanto botellón, tanta quema de cajeros y tanto destrozo de mobiliario público. Y luego seguro que nos vienen algunos con eso de la educación para la ciudadanía y esas tontás.
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