Pero llegó la crisis, y nuestro protagonista se cruzó con una procesión cada vez más numerosa de hombres encadenados. Eran parados y portaban a duras penas un déficit galopante. Y nuestro caballero no los supo reconocer, prometiendo a cada uno de ellos nada menos que una ínsula.
En ese momento llegóse Angela Merkel que, haciendose pasar por la princesa Micomicona, obligó a nuestro hidalgo a acometer un plan de recortes y a convertirse en neoliberal. Comenzaba su última etapa y ya pensaba en retirarse. El futuro de su partido se debatía entre dos opciones. Su fiel escudero, Rubalcaba, que tanto había cabalgado junto a él y al que tantas veces había recurrido para sacarle de apuros y una prometedora Dulcinea, de apellido Chacón apuntan a seguir su camino. Las encuestas siguen en contra de nuestros protagonistas. El objetivo, seguir gobernando. Un reto que se antojaría inalcanzable, aunque con Rajoy, el Caballero de la Triste Suerte, como oponente...todo es posible.
¡¡¡Besos y abrazos!!!
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