OBAMA NO NOS FALLES

No nos falles. Aprovecho esta consigna repetida por muchos jóvenes tras el triunfo electoral de Zapatero en 2004 para dirigirme a Obama. Damos carpetazo a un negro período en la historia. Su antecesor en el cargo ha dilapidado todo el afecto que la opinión pública internacional había depositado en Estados Unidos después del 11 de septiembre de 2001 provocando nuevas guerras con mentiras, pisoteando los derechos humanos en su "cruzada contra el mal", convirtiendo a la ONU en mero decorado,... A esto le acompaña una situación económica para llorar, provocada en gran medida por el descontrol de un mercado que no ha parado de jugar sin control alguno al "todo vale".

Obama aporta frescura. Es joven, el primer presidente negro de Estados Unidos, tiene un discurso atractivo. Parece claro que con él la imagen de su país va a mejorar ante el mundo. Pero, ¿hasta qué punto va a conseguir arreglar este desaguisado? Cuando alguien con vitola de rompedor logra un histórico triunfo en las urnas pueden suceder varias cosas:

1. Que su gobierno sea un fracaso absoluto, lo cual descarto porque el listón que debe superar está a ras del suelo.

2. Que consiga romper del todo con el pasado y de un giro radical en política internacional y economía. Permitidme dudarlo. La administración Obama cuenta con demasiadas hipotecas con grupos de presión y compromisos con la industria para llevarlo a cabo. Su postura hacia temas como la sanidad pública o el reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo por ejemplo dista mucho de la de un líder rompedor. Además pesos pesados de anteriores gabinetes se encuentran entre sus colaboradores.

3. Que aporte mejoras, pero decepcione a los actuales entusiastas. Es cierto que Hillary Clinton no va a tener las piernas atadas como Rice o Powell y que tenemos el recuerdo de una administración Clinton que estuvo a punto de lograr un acuerdo histórico en Oriente Medio, pero también lo es que esta mujer se encuentra entre las mayores aliadas incondicionales de Israel. Es cierto que va a aplicar cirugía de la buena a la economía, pero también hay que tener en cuenta que en estos momentos no existe otra alternativa y que haga lo que haga posiblemente cuente con facilidades para el consenso. Además cabe el riesgo de que se refugie demasiado en temas internos de Estados Unidos y, al menos por el momento, aparque otros temas de ámbito internacional (lo que debería ser más propio de una administración republicana).

Yo me apunto a la 3, la del optimista escéptico. En todo caso, mucha suerte Obama porque tus éxitos serán en gran medida también los del todo el planeta.